¿Quién no ha encontrado alguna vez dentro de sí al mejor creador de fábulas filosóficas, o al más delicado comensal capaz de obsequiarnos con el más inesperado plato? Nada más cercano del ideal socrático del saber –todo lo que debes conocer está dentro de ti-, que adobado en los exclusivos fogones de las iglesias y de los acogedores fuegos de los conventos dio lugar, andando el tiempo, a esa especie del cura-maestro, ejemplo de dogma y disciplina, que no tardó en convertirse en la no menos catártica del maestro-cura, cuando el dogma se secularizó, para acabar dando en la extravagante del maestro-psicólogo que nos imponen las más recientes leyes de educación. ¿Será por esta fantástica historia que los funcionarios de la filosofía han colgado los hábitos de la docencia para dedicarse a la más próspera de los recetarios de cocina? Bienvenidos al siglo.
23 diciembre 2010
Frailes por cocineros
¿Quién no ha encontrado alguna vez dentro de sí al mejor creador de fábulas filosóficas, o al más delicado comensal capaz de obsequiarnos con el más inesperado plato? Nada más cercano del ideal socrático del saber –todo lo que debes conocer está dentro de ti-, que adobado en los exclusivos fogones de las iglesias y de los acogedores fuegos de los conventos dio lugar, andando el tiempo, a esa especie del cura-maestro, ejemplo de dogma y disciplina, que no tardó en convertirse en la no menos catártica del maestro-cura, cuando el dogma se secularizó, para acabar dando en la extravagante del maestro-psicólogo que nos imponen las más recientes leyes de educación. ¿Será por esta fantástica historia que los funcionarios de la filosofía han colgado los hábitos de la docencia para dedicarse a la más próspera de los recetarios de cocina? Bienvenidos al siglo.
20 diciembre 2010
En estado de buena esperanza
Tengo
un amigo que dice estar en estado de buena esperanza. ¡No os alarméis!
19 diciembre 2010
¿Qué podemos aprender de nuestros antepasados? (1)
16 diciembre 2010
¿Dónde estás Draper?
Te
necesito. Necesito tu capacidad de inmolarte, aunque sea a la vista de los más
tentadores paraísos, sin que un músculo de tu cara lo exprese.
14 diciembre 2010
Sólo para adultos
¿No os da
la impresión de que nos habita un temor apenas sensible, apenas consciente, pero
morboso: el miedo al fracaso?
12 diciembre 2010
Cuantos pensamientos caben en 12 horas
9:00
Mi
amigo RP, arquitecto de la palabra y de la obra, de fina penetración
psicológica, irascible sólo cuando la desvergüenza o las deudas no satisfechas
alcanzan la zona roja del sismógrafo de las emociones, tiene una teoría precisa
de la escritura: “escribe quien tiene ganas”. Castiza, esta teoría de las
ganas. Impenetrable como la exposición a la muerte en un ruedo o como cantarle
las cuarenta a un jefe faltón. ¡Qué tiempos estos que asimilan una buena faena
a la cola del paro!
12:00
La
distancia distorsiona las cosas. Mi amigo RG me invita a salir de Occidente
para comprender que los problemas no son más que “nuestros problemas”; esto es,
problemas de ricos venidos a menos. No sé si hay algún sitio no contaminado por
Occidente. Nos imitan en la organización opulenta de los eventos y en las
maneras de dar muerte masiva. Si la televisión no magnifica lo real hasta
hacerlo no existir (La guerra de Irak “no existió” dijo cuando todavía pudo
Baudrillard), Katar es sólo un espejismo del desierto que quiere emular a la
“gran manzana” y a las arenas californianas.
08 diciembre 2010
Claude Lefort (1924-2010) In memoriam
Es difícil despedirse de quien te ha enseñado a no
cerrar los ojos ante lo real, con quien has aprendido a distinguir lo simple de
lo complejo en la vida del pensamiento, de aquel que te ha mostrado la parte
más recóndita, quizá inasible de todo pensar, de aquel que te ha enseñado a no
ceder a los cantos de sirena del poder, que prometen la felicidad y la paz, de
aquel, en fin, de quien durante estos últimos veinte años me he considerado uno
de sus discípulos.
Marnie, devoradora de almas
Los
puentes festivos dan para mucho. Estoy convencido de que pese a las estrecheces
económicas cada cual ha ensayado algo que no se asemeje al monótono transcurrir
de los días laborales. Yo he elegido una novedad de poco coste monetario y
elevado valor espiritual: refrescar mi memoria filmográfica buscando películas
que me devolvieran el gusto por el cine. Últimamente la acción desmedida parece
haber ganado el terreno al cuidado guión en el que una palabra o una frase bien
puestas y dichas se atrevan a retar al poder de la imagen. Echo de menos las
películas que me descubran personalidades complejas, que no queden recluidas en
el formato que les impone el metraje. Mi elección no fue difícil. Esta vez me
ayudó la realidad: esa inesperada combinación de belleza y mal, de tristeza y
frivolidad, de inmadurez y prudencia, de autodestrucción y amor de lo
convencional que te asalta un día cualquiera de tu vida. Y, como si de un acto
inconsciente se hubiera tratado, me descubrí en las manos la irrepetible Marnie
de Hitchcock, esa devoradora de hombres por el desafecto de una madre y el odio
a aquellos que le robaron su infancia. La catarsis de Marnie nos ayuda en la
ficción a encontrar un final a su antropofagia. ¿Podrá esta vez superar la ficción
a la realidad?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)