23 enero 2011

12000


Es el precio diario en euros que nuestros representantes territoriales han puesto a la posibilidad de entenderse con sus colegas de aquellas comunidades autónomas en las que el castellano es lengua cooficial. Es curioso que el 00 signifique en el argot lotero la muerte. Curiosa coincidencia no exenta de valor poético. La representación democrática agoniza de sentido común –lo que como mínimo se le exige a un representante del pueblo-, para crecer en sentido oligárquico, sentido de casta de aquellos que se creen diferentes porque hace tiempo consideraron lo público su negocio privado. Hace poco ya nos daban otro aviso más vergonzoso si cabe: ellos defendían, porque eran distintos, poder jubilarse a los sesenta y cinco, al tiempo que pretendían persuadirnos de que en virtud del interés público y del futuro de la organización de la solidaridad, el resto de los currantes nos jubilemos a los sesenta y siete. La desvergüenza no tiene ya tapujos. No se trata de delito, no. No se apropian indebidamente de nada material, pero sí pretenden capitalizar el sentido de lo público con su interpretación oligárquica de los derechos sociales. Me preocupa, como a muchos, que ocurra aquí y ahora. Pero me preocupa más entender cómo hemos llegado hasta aquí. ¿Cómo en tan sólo treinta y cinco años hemos perdido el espíritu de nuestra transición: aquel que presidió la lucha contra la peor oligarquía de nuestra historia reciente? ¿Cómo hemos perdido ese olfato para detectar el interés privado detrás del discurso del interés público? ¿Será porque hemos confiado a otros lo que debemos cuidar por nosotros mismos: el valor de nuestro trabajo y el sentido de nuestro destino? 

6 comentarios:

  1. Si, a esto llamamos "democracia". Déjame decirte que, la democracia real hace tiempo que dejó de existir, pero nadie, mejor, nosotros, no hacemos nada por recuperarla.

    V

    ResponderEliminar
  2. Te felicito por tan acertados comentarios y estimulantes interrogaciones. Totalmente de acuerdo con lo que dices. La irresponsabilidad política ha tocado, de lleno,a representantes y representados, hasta el punto de llegar a disolver -casi totalmente- el sentido de tal oposición, o dualidad, constitutiva de "nuestras" democracias. Gracias por recordarnos lo que no deberíamos haber olvidado.
    Tomás V.B.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Creo que sería preciso realizar un rodeo por un exterior tanto no físico, metafísico, como simbólico para poder comprender esta situación.
    Sin duda vivimos unos dias azarosos y de incertidumbre sexual. No existe ya la decencia por esos conductos anales alejados de la mano de Dios (o de los seres sobrenaturales).
    En mi opinion es menester analizar la sociedad en la que vivimos focalizándola desde diversos ángulos: jerarquía, origen de nuestra identidad, sadomasosquismo etc...
    Así conseguiremos llegar hasta la respuesta de todo esto y, por tanto, lograremos vivir cual simios: desnudos, dando saltos y fornicando analmente sin parar.

    Fdo: Ivan de la Pena Uriarte-Universidad de Salamanca

    ResponderEliminar
  5. Haces de tu biografía y tus obsesiones/frustraciones un perpetuo comentario de la realidad, sin mirarla y por supuesto sin leerlal( a Iván de la Pena).
    K.

    ResponderEliminar
  6. Lo único que es perpetuo es la longitud de mi rabo y la felación que tu madre me practica( a K).

    ResponderEliminar